Roca, Croa, Orca, Caro y, tras darle vueltas, llegamos a ARCO. Este 2021, tan rarito como es, la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid marea un poco las fichas de juego, cambia de estrategia, y quizá más casual conserva su esencia. Así como Miguel Ríos aseguraba que “Los viejos rockeros nunca mueren”, la mayor cita artística de nuestro país, a punto de cumplir los 40 -en febrero de 2022- nos dice: “Hola, hola, seguimos aquí, vivitos y coleando” y que el (mercado del) arte, como la música, no pare (cueste lo que cueste).

Con la mascarilla bien puesta -al igual que todos los participantes y visitantes-, esta edición atípica. En primer lugar se celebra cuatro meses más tarde de lo previsto -lo importante es que se celebre- en pleno verano, del 7 al 11 de este mes (en los pabellones 7 y 9 del recinto ferial de IFEMA). ARCOmadrid 2021 se apunta al “Menos es más” de Mies van der Rohe. Se ha estrenado, sin país invitado y con menos galerías, casi la mitad. Son 130 de 26 países: 105 galerías del Programa General; 10 del comisariado Opening y 15 en el espacio REMITENTE. Arte Latinoamericano, que exponen pintura, escultura, instalaciones, fotografía, vídeo, new media, dibujo y grabado. ¿La ventaja? stands más grandes, en su mayoría con uno o dos artistas por galerías y precios más asequibles…Menos lo que jamás podrán serlo. Me quedé con las ganas de preguntar a Leandro Navarro el precio de Les mariés sous le baldaquin de Chagall.










Pese a los escollos que supone el Covid19 a la hora de desplazarse y viajar, tanto para los de aquí como para los de allá, más de un 50% de las galerías presentes en IFEMA son internacionales y de primer nivel como las parisinas Lelong, Jérôme Poggi -con unas fotografías de Sophie Ristelhueber me dejaron con la boca abierta y los pelos de punta- Thaddaeus Ropac o Perrotin; las suizas Wilde, Hauser & Wirth y Peter Kilchman o Pedro Cera y Vera Cortês de Lisboa, entre otras. Y aún desde más lejos, también hacen acto de presencia Dvir Gallery de Tel Aviv, Movart de Luanda así como las latinoamericanas El Apartamento de La Habana; la uruguaya Galería de las Misiones, Proyectos Ultravioleta de Ciudad de Guatemala o La Balsa Arte de Bogotá… Y hay más.




Otra de las novedades de este pequeño (pero bien intencionado) ARCO es dar un lugar relevante a la creación femenina (ya era hora). Por una parte con piezas de creadoras como Marina Abramovich, Vivian Sutter, Carmen Laffón Maruja Mallo. Por otra, los 25 Proyectos de Artista de esta feria son exclusivamente en mujeres, entre las que figuran, Johanna Calle (MPA), Dominique Gonzalez-Foerster (Albarrán Bourdais), Fernanda Fragateiro (Elba Benítez), Isabel Villar (Fernández-Braso), Sophie Ristelhueber (Jérôme Poggi) Jessica Stockholder en diálogo con Almudena Lobera (Max Estrella), Rebecca Ackroyd (Peres Projects), Maja Bajevic (Peter Kilchmann) y Anastasia Samoylova (Sabrina Amrani).










Si mal no recuerdo, llevo asistiendo a esta magnífica Fiesta del Arte desde 1988, cuando aún se seguían colocando los puntos sobre las íes y tilde o virgulilla sobre la N, para darle un reconocible acento español sin perder de vista la nobleza de otras ferias internacionales que entonces daban la nota. El ARTE en España, por fin existia y se estaba acomodando en el lugar que le corresponde. Y precisamente en su nombre se aceptaban desde las payasadas o aberraciones menos respetables, se vetaban a galerías que quizá no lo merecían, otras comenzaban a posicionarse y se apostaba por firmas emergentes a las que el tiempo les ha dado un peso específico más allá de nuestras fronteras. Y lo más importante, se educaba a la gente y le abría el apetito hacia el coleccionismo.



Esta edición de ARCOmadrid no defrauda, tampoco sorprende demasiado, pero es correcta y lo que se exhibe vale la pena… Hay que reconocerlo, se echa mucho de menos el jolgorio del mogollón de galerías… Pero ya vendrán tiempos mejores. Uno, dos o tres apuntes más: por muy mini Arco que sea esta edición, también me perdí por los pasillos; dos, para ahorrar tiempo leí con mi móvil todos los códigos QR que había en las galerías, cuando llegué a casa no hallé ninguno de ellos en mi móvil y tres, no sé si se deberá al encierro en el que nos mantuvo asfixiados la pandemia, pero he visto esta edición rebosante de color, alegría y optimismo… Si hasta José María Sicilia ha dejado sus tonos oscuros y sus texturas pantanosas y presenta una serie de obras, despejadas, coloridas y casi son un canto a la primavera (aunque estemos en verano).




*La foto destacada que abre este post es una de las fotografías de Helena Almeida, en Helga de Alvear.
**Muchas de las fotos las he hecho yo ¿se nota, verdad?
Que ganas de haber ido con vos!
Gracias por tu reportaje Bettina, muy completita para las que no hemos podido asistir 😉
Abrazo gigante Lunita!!!!!!! Y gracias a ti.
Habrá que intentarlo la próxima vez. Gracias
, besitos