Pongamos que hablo de Madrid, donde hubo una vez un encuentro: el de Lorena Serramo Peinado y Davide Fichera, dos diseñadores jóvenes, talentosos y con muchas ideas. Lo primero que hicieron fue fundar Fikera&Quiche, una agencia de diseño y desarrollo muy chula. Luego, suponemos que tras mucho elucubrar, decidieron que había que mirar el mundo con otros ojos, con una mirada que fuera distinta a las vistas hasta ese momento, porque si lo pensamos bien, cada uno de nosotros ve lo que ve y jamás podremos comprobar a ciencia cierta que todos veamos lo mismo. ¿Qué hicieron al respecto? Diseñar gafas de madera artesanales con alma, sin apego a tendencias ni convencionalismos.

Así nació Nina Mûr, un taller -o micro-industria que suena más solemne- en el que hacer unas divinisimas gafas de madera de abedul laminado -lijadas, barnizadas y pulidas a mano- supone 21 días de trabajo. Cada una de ellas está cuidadosamente diseñada y acabada a mano, son ultra ligeras, muy cómodas y pueden durar toda la vida. Lo mejor de todo es que de tan estudiadas que están, le sientan bien a todas las caras del planeta. Te lo pueden decir Carlinhos Brown, Brianda Fitz-James Stuart o Juan Várez de Christie’s, entre otros rostros a los que les quedan de fábula.


Ahora es el momento de hacer cambios, de dejar de preguntar y comenzar a dar. De creer, jugar, buscar y encontrar. De seguir tu intuición y crear tus propias ideas. De dejar de esperar y de actuar con coraje, audacia y respeto”.
Manifiesto de Lorena y Davide.

Como buenos diseñadores de nuestro tiempo, Lorena y Davide han sabido fusionar la precisión de la tecnología con la delicadeza de la artesanía. Son ni más ni menos que artesanos digitales. Bajo la filosofía de lo Slow Fashion, este dúo produce en cantidades controladas y escalables. Las Nina Mûr, de abedul finlandés, resinas muy resistentes y lentes Zeiss de una calidad extraordinaria, son respetuosas con el medio ambiente, atemporales y duraderas.
En Nina Mûr, al ser diseñadores y productores, pueden intervenir todas sus gafas -para hombres y mujeres, por cierto- como les apetezca. De este modo, lo tienen muy fácil para crear ediciones limitadas como la serie de seis que hicieron para el museo Thyssen Bornemisza, inspiradas en las obras de Juan Gris, en colaboración con diseñadora Gala Fernández. Todas piezas únicas pintadas a mano e irreproducibles.


Cuando hablamos de Nina Mûr, no nos referimos a un accesorio más, sino a piezas de diseño puro y duro. Son gafas premium, aptas para ser graduadas y lo mejor de todo, son sus precios: entre 200 y 320 euros.
Mírame diferente, mírame con diseño.